A veces siento en mi alma el deseo de gritar “oigan TENGO SENTIMIENTOS” reclamar al mundo entero los daños que han hecho a mi pobre corazón, anunciar que soy una chica sensible y emocionalmente estable, pero con esta actitud dudo mucho que crean la ultima frase, dudo mucho que me crean que soy “emocionalmente estable”.
Así que me siento, cierro la boca y mantengo la mirada fija en el aire. Sonrío y el mundo sigue su curso. No pasa nada, ese es el problema, no pasa nada, no cambio, no me transformo, no hay nada…
Ese sentir de desahogo sigue allí dentro de mi mente, en mi sangre, en mi alma, y me envenena lentamente, día tras día con la amenaza de un día matarme. No temo a ello, porque muchos no entienden que mi vida ya no tiene sentido, que prefiero morir en silencio que matar a alguien mas con mis palabras.
No pasa nada. Nadie se entera que dentro de mi hay un ultimo aire de vida, un ultimo sueño de vivir, una ultima oportunidad de rehacer, una ultima esperanza… que por miedo a terminar de nuevo lastimada, sola y utilizada, prefiero proteger ese hilo de cariño que me tengo a mi misma. Yo no quiero a alguien, yo no quiero que alguien me quiera, yo me comprometo a amar, en las buenas y en las mejores, en todo tiempo, en toda circunstancia, en todo lugar y frente a toda la gente.
Por mil razones hice mal las cosas, pero a pesar de todo eso, reconozco que Dios me guardó del peligro, me rescató y me mantiene. Muchos dirían que porque soy joven podría hacer como la mayoría de los de mi edad, ‘probar el noviazgo’ y rehacer mi vida. No discuto el hecho de rehacer mi vida, anhelo una familia, el hecho es que no quiero “probar” podría intentarlo una sola ves mas, pero tengo tanto miedo…
Y yo sólo sonrío.
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